Por: Jardín de adultos
La Ciudad de México, ese monstruo sexy de mil cabezas que lo mismo aterra que seduce, tiene algo para ofrecer a todos los que se atreven a explorar sus recovecos. Como en tianguis, hay variedad para gustos y presupuestos. Tenemos alternativas para quienes buscan cafeterías con cantantes moderadamente afinados. Otros querrán gastronomía de concurso, y hallarán sin problema establecimientos que hacen suspirar al mismísimo hombre Michelin. Quien prefiera la escena underground tendrá, sin duda, suficiente con qué entretenerse. Y, claro, aquellos que anhelen enredarse en los placeres de la piel y del deseo encontrarán alternativas variopintas para saciar los apetitos más insaciables.
Diego y Mariana son una pareja swinger mexicana que desde hace más de veinte años escriben jardindeadultos.net un blog dedicado a brindar información sobre todo lo relacionado con el estilo de vida liberal.
Estilo de vida liberal en la capital mexicana
Mariana y yo, chilangos desde que vimos la primera luz de una sala de parto, tenemos más tiempo de ser swingers que de pagar impuestos. Y una de las cosas que más nos une a este estilo de vida es un sentido de pertenencia muy arraigado entre los libertinos de por acá. Cada vez que tenemos oportunidad, hablamos con gusto sobre lo que sabemos del swinging en CDMX; porque es un ambiente muy rico (en más de un sentido) y, dice nuestro credo, lo bueno hay que compartirlo.
Desde que el movimiento swinger se asentó a finales de los años ochenta y principios de los noventa en el, entonces, Distrito Federal, el swinging capitalino, influido por sus versiones norteamericanas, desarrolló una personalidad propia que giraba en torno a reglas y protocolos estrictos, sistemas estructurales necesarios para modificar la mentalidad de una sociedad tan católica como machista. Poco a poco, en buena medida con el impulso de internet, el espectro se amplió y nuevas alternativas surgieron encontrando nichos de mercado específicos. El célebre Club SW que otrora reuniera al noble y al villano en democrática orgía, vio como la demanda de espacios crecía exponencialmente, al tiempo que se abrían nuevas y más segmentadas ofertas. Tony Roma, quien desde hace mucho se esfuerza por estrechar los lazos entre los distintos actores de la comunidad, ha documentado que hoy en la CDMX y Área Metropolitana hay cerca de 30 clubes y 18 organizadores de fiestas. Los números fluctúan porque nuevos abren y cierran con singular dinamismo.
Sin embargo, podríamos hablar de ciertas generalidades que forman parte del sabor local. Los swingers mexicanos somos, por ejemplo, extremadamente sociales. A diferencia de lo que ocurre en otros países, aquí preferimos platicar y bailar antes que jugar. Las parejas que brincan con facilidad de la palabra el hecho, no son la mayoría. Y no, no es raro que el sexo aparezca hasta muy entrada la noche. Pero una vez que los motores arrancan, no hay quien nos pare. Por consiguiente, una fiesta del ambiente, puede fácilmente terminar en los horarios en los que las familias tradicionales ya están desayunando.
Clubes liberales en Ciudad de México
Además de las citas concertadas a través de páginas como JOYclub, y de pequeñas soirées privadas en casas y hoteles, la vida swinger gravita en torno centros de reunión: clubes y eventos especiales, básicamente. Clubes, los hay de todo tipo, en todas las zonas de la Ciudad, y para toda clase de poderes adquisitivos. En la mayoría de ellos se puede esperar un ambiente de bar con música para bailar en la que el gusto se rompe en géneros. En eso también, los chilangos somos de lo más heterogéneo. Lo más común es que haya alguna forma de show “erótico” que, en algunos casos, derive en sexo en vivo. Habrá alguna excepción, pero no falta nunca un playroom, que, según la personalidad de la concurrencia, puede reventar por uso o quedarse casi desierto toda la noche.
En México, la regulación en materia de locales liberales es gris y, aunque los clubes swinger no están prohibidos y casi todos operan con algún tipo de licencia de funcionamiento, tampoco hay ningún marco jurídico que les dé certeza más allá del capricho de algún funcionario público o de la tolerancia de los vecinos. Por esta razón, aunque algunos empresarios se aventuran a invertir en instalaciones bien cuidadas y cómodas, difícilmente habrá locales enormes con albercas y playrooms espectaculares como se estila en Europa. El consumo es otro tema. Los covers no son baratos (aunque, como hemos dicho, hay clubes en todos los rangos de precio) pero la venta de bebidas alcohólicas representa un ingreso bastante atractivo para un giro de negocio que sólo está abierto pocos días a la semana y con gastos fijos muy altos. Así que resulta frecuente que los clubes pidan consumo mínimo y que el costo de las bebidas esté por encima de su precio en un restaurante de categoría equivalente.
Lo normal es que las noches de viernes y sábado sean exclusivas para parejas y mujeres solas y que los jueves (incluso los miércoles) los hombres también sean bienvenidos. Puede ser que algunos espacios estén abiertos otros días de la semana, pero no es usual y, en esos casos, se puede esperar una proporción de chicos solos demasiado alta.
Frente a tanta oferta, es lógico que los dueños de clubes hagan esfuerzos significativos por diferenciarse de la competencia y ofrecer características que los distingan.
- Sensuale, por ejemplo, requiere que sus asistentes se registren con identificación oficial y firmando acuerdos de privacidad.
- Coliseum se jacta de su ubicación inmejorable a media cuadra de la avenida más relevante de la Ciudad.
- Púrpura colabora regularmente con organizadores de distintos perfiles para ofrecer experiencias que se adaptan a sectores de mercado más amplios.
- Lupita Roma no ha perdido en veintiocho años la estima de una comunidad propia, tan leal como amorosa.
Los sitios que menciono son los que me vienen a la mente ahora porque son los que Mariana y yo frecuentamos, pero, en dirección a los cuatro puntos cardinales hay propuestas liberales que van de lo más folklórico a lo más cosmopolita. Y, por si se lo preguntaban, sí. También hay una taquería swinger.
En CDMX siempre hay una fiesta swinger
Los eventos especiales son todo un capítulo en la vida swinger metropolitana. Muchos clubes organizan fiestas legendarias para sus aniversarios o para celebraciones especiales como el 14 de febrero o Halloween. Por regla general, a estos no hay que faltar porque la convocatoria es la más alta. También hay organizadores independientes que lanzan algunas pocas fiestas cada año y que son capaces de reunir cantidades muy significativas de parejas. Si ustedes planean hacer un viaje a la Ciudad de México, les deseamos, de todo corazón, que sus fechas coincidan con alguno de estos eventos.
Nosotros mismos (en sociedad con Sex Whispers) somos este tipo de organizadores, y no deja de sorprendernos la dimensión que se alcanza en cuanto a número de asistentes y a lo erótico de la atmósfera. ¡Son increíbles! Pero además, puesto que estas noches generan tanta expectativa, también son la excusa perfecta para que parejas de fuera vengan a visitar la CDMX. Por lo tanto, se convierten en verdaderas convenciones que reúnen a gente de todo el país y a muchos extranjeros. Libido es la productora que más tiempo lleva en esta categoría, y es la responsable de haber generado cualquier cantidad de experiencias memorables de las que cientos de swingers locales y foráneos pueden dar fe. Podría pensarse que son pocas las oportunidades de asistir a eventos especiales, pero afortunadamente, como somos muchos los que los organizamos, en cualquier mes del calendario hay al menos uno disponible.
En este caso, como en el de los clubes, también hay eventos que atienden a toda clase de mercados. Elitistas, o jóvenes, o aficionados al 4.20, o amantes de la música electrónica, o dispuestos a acampar, o atrapados en los ochenta, o… La Nueva Tenochtitlán, una productora swinger en cada nicho nos dio.
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