En primer lugar, manifestar que en este ambiente, los protagonistas son las personas y sus fantasías. Este es el marco teórico para nosotros. En la práctica la cosa cambia, por distintos factores pero sobretodo por que cada uno en su forma de entenderlo, da protagonismo a los actores que le apetezca en cada momento o establece sus propias formas de disfrutar el ambiente. Respecto de los locales, que es a lo que me parece que hacemos referencia, por la forma en que se ha generado el debate respecto al post referido, decir que parece que existe una forma bastante estandarizada de enfocar el asunto y aquí viene la polémica, en la que no es que la pareja cobre un protagonismo central, si no que el hombre que acude solo al local, se ve relegado a una posición de absoluta marginalidad, siendo desplazado a una esquina del ,local a la espera de que alguien vaya allí a alegirlo o repartir algunas migajas a través de un agujero en una pared o unos barrotes en una zona oscura en la que ni siquiera puedes ver la persona con la que va a interactuar.
Esta situación, resulta un tanto grotesca, incluso bizarra, y deshumaniza de tal manera a estas "criaturillas", como dice una hada mágica que conocemos, que acercarse a ese rinconcillo donde se encuentran estas personas, resulta poco apetecible, la verdad. Con qué confianza se van a mostrar estos chicos si los castigas a un rincón? como se pueden mostrar atractivos o interesantes más allá de que tengan un físico que te atraiga en mayor o menor medidad? como no van a mostrar comportamientos extraños si verse relagados a esa situación debe generarles ansiedad, estrés, etc.
Desde luego, si la parte masculina de esta pareja tuviese que enfrentarse en solitario a esa situación, no acudiría. Entendemos que esta situación de controlar el acceso y la libertad de movimientos de los chicos solos, viene provocada por el acercamiento masivo de hombres que no entienden el mundo liberal bajo unas normas como el respeto y solamente quieren satisfacer sus propias necesidades y con una carrera corta en el mundillo. Saber quien metes en el local, también es una labor de los que lo regentan y controlar el tipo de ambiente que quieres ofrecer también.
Es justo decir, que hay hombres, que se interesan por saber que tipo de normas rigen en estos ambientes, que tienen verdaderamente una filosofía de vida liberal, independentemente de tener pareja o no, que saben desenvolverse correctamente y es un placer hablar con ellos, jugar, ligar, coquetear, etc. Otros por el contrario, quieren vvivr fantasías más fugaces, en grupo, recreando escenas porno que han visto un millón de veces que son su fantasía, y existen parejas que buscan también eso e incluso mujeres solas. El problema radica en que esas personas se juntan en locales buscando cosas diferentes, unos incomodan a otros y al final se toman decisiones que penalizan a alguien. Este es el hándicap de tener locales que no pueden diferenciar los ambientes por que el tamaño no lo permite o no filtran de una manera u otra el tipo de gente que acude al local, organizando por ejemplo fiestas temática de esto, lo otro o dedicando un día a la semana a feterminadas prácticas. Antes de ir a un local, hay que saber de que va la cosa, para no llevarse disgustos, sentinos incómodos y expresar quejas que no vienen a cuento.
La idea buenrrollista de que todos cabemos en el mismo sitio, todos estamos en el mismo nivel, que todos somos igual de protagonistas, no la compramos. Cada cual busca su espacio y tiene derecho a poder sentirse cómodo donde vaya pero tal y como está montado el asunto hoy día, es cierto que la pareja tiene una posición central y entra a los locales consciente o inconscientemente de manera empoderada, sabiendo que tienen la sartén por el mango. Lo dicho, de ser un hombre que tuviera que acudir solo a un local, dedicaría mi tiempo a buscar en cual de ellos voy a poder moverme con la libertad que me merezco, pero francamente, en la mayoría de los casos, no merecería la pena. Y la culpa no solo es de los locales, las parejas o las normas que se van estableciendo, una parte amplia es de personas que entran como un elefante en una cacharrería y terminan por provocar reacciones que a nadie nos gusta. Un ambiente sano es uno en el que todos podamos mostrarnos como somos y movernos con total libertad.