Complicidad, el inicio

****oza Hombre
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Complicidad, el inicio
Este viernes era como todos los viernes de los últimos cinco años de mi vida. Tirado en el sofá viendo la tele esperaba el regreso de mi mujer. Desafortunadamente nuestra relación después de 15 años estaba totalmente desgastada.
La rutina había invadido absolutamente cada esquina de nuestra casa.
Ya ni siquiera recordaba la última vez que habíamos echado un polvo. Creo que ni siquiera recordaba el olor de su intimidad aparte de ciertas pajas estimuladas por su ropa interior sucia en mi nariz.
Era el tipo de relación que ya ni siquiera merece el cuestionamiento. Los rituales se habían vuelto mecánicos. Cada gesto, cada tarea estaba escrita en un script aburrido y sin sentido.
Este viernes la única diferencia es que después del trabajo ella iría a tomar una copa con sus colegas.
La verdad para mí era un alivio saber que esta noche estaría solo frente a la tele y no tendría que compartir el mando con mi mujer y seguramente tener que ver los programas que a ella le gustan.
La verdad es que hasta raro se siente estar solo aquí. El hecho de no tener a tu mujer en casa inspira un sentimiento de vacío. Pero no ese vacío sentimental o emocional. Me da pena decirlo pero es como cuando tienes un mueble muy grande en el salón y de repente te da por venderlo. Sólo te parece raro la ausencia del mueble.
Ya ni siquiera sé si la quiero.
Al principio la deseaba locamente pero desde el nacimiento es nuestros hijos se negaba a cada vez que quería estar con ella y poco a poco la llama se fue apagando.
Hoy en día creo que ni siquiera se me pondría dura viéndola tomar su ducha.
Algunas veces me hago pajas con su ropa interior pero en mi mente es el coño de otra mujer el que estoy oliendo y lamiendo.
Hacia las once de la noche escucho la cerradura de la puerta. Es ella que llega de su salida con sus amigas.
Debí haberme ido a la cama antes para evitar cruzarmela.
Es que ya no sé que decirle ni de que hablarle cuando la veo, parecemos dos desconocidos.
Es que es tan previsible, que sé exactamente que movimientos hará cuando entre. Pondrá su bolso en la mesa se quitará la chaqueta y vendrá hacia mí a darme un beso frío y exento de todo deseo y pasión.
Pero en lugar de eso la veo poner su bolso en la mesa y sin quitarse la chaqueta correr al baño. Pensé que estaba meándose pero lo que escuché en cuanto cerró la puerta del baño fue su cepillo de dientes eléctrico.
Que actitud más extraña llegando a casa, me dije.
No quise ponerle mucha atención a ese acto pero sin embargo me levanté del sofá y me dirigí hacia el baño a paso lento.
Dos minutos después salió del cuarto de baño con una toalla secándose la cara.
Le pregunté:
• estás bien? te noto rara.Ni siquiera me diste el consabido beso que me das cada noche cuando llegas.

Me respondió que todo estaba bien. Sin embargo noté en su voz una entonación que jamás había escuchado en sus palabras, una especie de temblor que me indicó que algo que no era normal estaba sucediendo.
Generalmente no suelo meterme en la vida de mi mujer pero hoy una corazonada me impulsaba a querer saber más.
Así que comencé a hacer preguntas, como ella no está acostumbrada a ello se ponía cada vez más nerviosa.
Le pregunté en qué bar habían estado, le pregunté que había tomado, le pregunté con qué chicas había compartido el momento, le pregunté qué tal la había pasado...
Mi mujer es de una sensibilidad extraña, no sabe mentir es transparente como el cristal así que intuí que algo no estaba bien, sus mejillas no dejaban de enrojecerse. Su mano temblaba y comenzó a mover el pie nerviosamente. Para ese momento yo ya no podía parar de hacer preguntas todo era demasiado extraño jamás la había visto así.
• Estás demasiado rara cariño vas a tener que decirme exactamente que está pasando, no estás en tu estado normal, te drogaron? te dieron algún medicamento? que sientes? me preocupas.Además porque llegaste con esa prisa a lavarte los dientes y la cara, dime que te pasa por favor si bien es cierto que nuestra relación se ha desgastado con el tiempo, te quiero y me preocupa tu persona, habla por favor.

En ese momento su mirada se dirigió al suelo y una lágrima salió de su ojo derecho. Yo comencé a preocuparme más y más. Por los tiempos que corren siempre se vienen ideas negras al espíritu.

Alguien la agredió, le hicieron algo, la robaron, la insultaron.
Tomandola por los brazos le di un sacudón y le dije que me estaba matando de preocupación y que necesitaba que me dijera inmediatamente que era lo que estaba pasando.
Ella levantó su mirada hacia mis ojos, sus párpados estaban inundados de lágrimas y las palabras que salieron de boca provocaron un escalofrío en mi espalda y en mis piernas.
• Por favor perdóname te juro que no quería hacerlo!!

El único reflejo que tuve fue soltar sus brazos y aproximarme de una silla para no caer al suelo. Que mi mujer me pida perdón de esa manera es algo que sobrepasa cualquier preocupación. Que había hecho? para mí estaba solamente tomando una copa entre colegas, que podía ser tan terrible como para poder llorar de esa forma y sobre todo pedirme perdón?

• Sentémonos en el salón y júrame que diga lo que te diga vas a quedarte en calma, júramelo. Rogó

• Está bien te lo juro, pero habla de una puta vez. Me estás matando de preocupación. Le dije subiendo el tono de la voz.

• Estuvimos en un bar con cuatro amigas del trabajo nos tomamos tres o cuatro cubatas que se me subieron muy rápido a la cabeza. El hecho de no haber comido al mediodía me puso muy sensible al alcohol. Al principio solamente estuvimos hablando de trabajo pero luego la conversación se desvió hacia el tema de pareja. Cada quien contó un poco de su vida con sus maridos y de las peripecias que pasábamos en el día a día.
El alcohol subiendo a la cabeza nos hizo pasar de temas de cachondeo a temas un poco más sexuales. Las chicas terminaron siendo muy calentorras para lo que yo estoy acostumbrada. Sin necesariamente chocarme, es verdad que de escucharlas, un calorcillo me empezó a irradiar el vientre. Hacía años que no me sentía así fue como volver a vivir la época en que los dos comenzamos a salir juntos. Inclusive en un momento sentí bajar por mi vagina un líquido tibio que me emociono muchísimo. Cada una contaba historias de cosas que jamás hemos vivido los dos. Eso me estímulo muchísimo.

Yo no entendía nada hasta ahí. Para mí solo era algo salido de la boca mi mujer que es más fría que Siberia en pleno mes de enero, me estaba confesando que había mojado sus bragas por causa de una conversación subida de tono entre mujeres. Entonces porque pedirme perdón? porque llorar de esa manera?

• Desafortunadamente yo con la desinhibición que el alcohol me había provocado terminé hablando de nosotros dos diciendo nuestra pareja ya no vivía ningún tipo de pasión. Que el encuentro más apasionado que existía entre tú y yo era el beso las de buenas noches. Obviamente las chicas comenzaron a vacilarme diciendo que una mujer de 40 años como yo que además tiene la suerte de tener un cuerpo bonito y una cara preciosa no podía seguir así, que debía tomar las cosas en mano, que tenía que tomar iniciativas. Hasta ahí todo iba bien, sus consejos me parecían con buena intención. Lo que yo no sabía es que iban a comenzar a ponerme desafíos. En la mesa de al lado había tres hombres de entre 30 y 40 años que no dejaban de mirarnos al grupo de chicas. En un momento en que las risas y carcajadas se volvían bastante exuberantes una de las chicas se levantó y fue hacia la mesa de los hombres. Yo en realidad me asusté muchísimo porque en ese momento estaban hablando de desafío y yo tenía que hacer algo que ellas me pidieran.
Después de saludar a los tres caballeros mi amiga les dijo que yo llevaba más de cinco años sin mamar una polla y sería la mujer más feliz del mundo si alguno de los tres se prestara para una felación en el baño que no estaba muy lejos.
Yo la verdad me quedé impávida de la audacia de mi compañera jamás imaginé que fuera a ser capaz de ir a verles. Sin embargo la propuesta ya estaba lanzada y uno de los hombres sonrió y me miró a los ojos y dijo

• Si esto no es una cámara escondida yo con mucho gusto me presto a la tarea, tu amiga es preciosa y me encantaría poder calmar su frustración.

-Yo no podia imaginar mi cara, no sabía qué hacer. Me sentí como una adolescente en la escuela entre el deseo de hacerlo para ganar puntos de popularidad en el grupo y no hacerlo para defender mi dignidad de mujer. Lo que más me duele y me atormenta, es que en ese momento me sentí una mujer libre y soltera, en ningún momento me pasaste por la cabeza. Solamente era yo, mis amigas, tres hombres más o menos guapos y mis bragas empapadas.

El hombre se puso de pie y me tendió la mano para ayudarme a salir de la esquina en la que estaba sentada. Yo tenía calor, y frío. Temblaba y sentía mi cuerpo volverse líquido.
Como una autómata tomé la mano del hombre y le seguí al baño.
Una vez pasada la puerta le dije

- Lo siento pero esto es puro cachondeo con mis amigas. No te habrás creído que voy a hacerte una mamada en serio.
El hombre sonrió y dijo

• claro que sí preciosa. En este instante te vas a poner de rodillas y me vas a hacer la mejor mamada que has hecho en tu vida. Pocas veces se han burlado de mi y créeme, no te voy a dar ese privilegio.

-Se quitó la chaqueta y la dobló en cuadro para ponerla en mis rodillas. Yo me sentí sumisa y totalmente vencida ante la seguridad de ese hombre.
No más fue poner las rodillas sobre la chaqueta que él comenzó a desabrochar su cinturón. Se bajó el pantalón hasta las rodillas y me tomo las manos para que las pusiera en el relieve que provocaba su polla dentro del calzoncillo.
De solo tocarlo sentí mi vulva inundada. Sentía la humedad hasta en mis muslos. Todo esto era más fuerte que yo y ahora podría decir que no era yo misma.
Lo único que sé es que acaricié su polla sobre el calzoncillo 10 segundos y luego lo bajé en una milésima de segundo para meter la polla en mi boca como lo haría una muerta de hambre.
Cerré los ojos y me concentré en el placer que me provocaba tener ese glande entre el paladar y la lengua. Hubiera dado mi vida por qué ese momento durara el resto de mi vida.
Su líquido seminal era un manjar para mis papillas entre salado y dulzón. Yo sentía que me iba a correr sin siquiera tocarme.
Luego, sacándome de mi concentración, el tío me cogió por el pelo. No me tomo violentamente sino con firmeza. Al tener mi cabeza bloqueada comenzó a dar golpes de cintura y a clavar su glande en mi garganta.
Sentía las arcadas venir pero el placer era mayor que el propio ahogamiento. Me sentí hembra. Un juguete del placer de ese desconocido. Cuando sentí la polla en mi garganta, subí las manos y le clave las uñas en las nalgas. Entre más profundo iba, más le abria el culo hasta que comencé realmente a faltar de aire.
Entonces le metí el dedo en el ano para que me dejara respirar.
Tengo que confesar que ese tratamiento de dominación me terminó de poner cachonda. Cuando el entendió el mensaje y suavizó un poco las embestidas, baje mi mano derecha para tocarme. Mi vulva estaba totalmente inundada de mis jugos. Creo que nunca había estado así en toda mi vida.
Después de triturar 10 segundos mi clítoris, por puro reflejo me metí dos dedos en el coño y esto fue una deflagración total hacia el orgasmo más intenso de toda mi vida.
El hombre de verme en ese transe , me saco la polla de la boca y comenzó a eyacular en mi cara llenadome de semen la blusa, el cuello y el pelo.
Luego la volvió a meter en mi boca donde sentí los últimos espasmos de su pene y las últimas gotas de su placer.
Sentí verguenza. En ese momento pensé en ti. Recordé a mi marido y a nuestros hijos. Recordé que soy (o era) una mujer respetable, de familia, de virtud.
Y ahora, la imagen de mi en ese baño, de rodillas, la mano en el coño, la cara llena de semen de un desconocido, el olor de sexo y lujuria, el sabor en la boca. Total perdición.
Perdoname cariño! Te juro que esa no era yo!
Hubiera preferido ocultartelo pero como vivir con ese peso en la espalda. Por favor perdóname. Dime qué tengo que hacer. Haré lo que sea necesario pero porfavor, no destruyamos lo que hemos construido en tantos años.

Diciendo esto bajo la mirada al suelo y rompió en llanto como jamás le había visto. Llanto sincero de arrepentimiento. Pero el mal estaba hecho!

Yo por mi lado tenía los ojos inyectados de sangre. La rabia me estaba consumiendo desde adentro y sentía que una implosión podría terminar con mi vida. Temblaba de ira.
En un momento quise tomarla por el pelo y golpearla pero si algo tenía muy claro es que jamás podría maltratarle, hiciera lo que hiciera.
Maldita sea esta vida, me dije.

• Más de 5 años sin darme placer oral y tenías que ir a darlo al primer desconocido en un baño. Mis palabras intensificaron su llanto.
Tengo que pensar. Esto no puede quedar así.
Por mi cabeza pasaban todas las formas de venganza posibles. La manera de cartigarla. Devolverle el sufrimiento que me estaba imponiendo.

De un tono de voz firme le dije:
• vete a la cama, desaparece de mi vista antes de que cometa lo irreparable. Dormiré en el sofá. Quiero imaginar que no existes. Que esto nunca pasó.

Pero un detalle me desarmó totalmente. Cuando me senté en el sofá después de que mi mujer se fue a la habitación, me di cuenta que tenía la polla dura. En un reflejo corporal, mí pene estaba más duro que en cualquier erección matinal.
Como explicarlo? Desde que mi mujer había comenzado a narrar sus actuaciones pecaminosas, mi polla había reaccionado para expresar la gran excitación que imaginarla producía.
Cerré los ojos unos instantes y mi imaginación comenzó a enviarme imágenes como flash de cámara fotográfica. Mi mujer de rodillas en el baño, flash, mi mujer acariciando una polla sobre un calzoncillo. Flash.
Mi mujer metiéndose la polla de ese desconocido en la boca, flash. Mi mujer saboreando el líquido seminal de ese cabron flash. Mi mujer manchada de líquido blanco y espeso por todas partes.... Mi mujer saboreando el semen de otro macho que su marido.
Y mi maldita polla más dura que jamás.
Por qué pensar en eso me excita de esa manera?
Soy un marido traicionado. Soy cornudo hasta la médula espinal y saberlo me excita sobre manera.
No soy normal.
Tengo que pensar en otra cosa... Imposible.
Víctima de un priapismo voy a tener que masturbarme . Pensando en que? En la puta de mi mujer. En el semen escurriendo por su mejilla.
Vaya vicio. Terminaré condenado.

Hacía las 4 de la mañana terminé por dormirme después de haberme masturbado 4 veces.
No solamente las imágenes de mi mujer mamando otra polla alteraban mi tranquilidad, sino que al ir al baño encontré en la cesta de la ropa sucia sus bragas asquerosamente humedas.
Demostración que no metía. Su ciprina había inundado el tejido y su olor fuerte demostraba su estado de excitación. Mi mujer, a los 40 años, se encontraba en celo como la mas perra de las perras.
No puedo perdonarla. No puedo perder mi dignidad.

El sábado y el domingo fueron un verdadero infierno.
Traté de evitarla por todos los medios.
Ella me propuso varias veces que lo hablaramos pero para mí no había nada de que hablar. Este sería seguramente el fin de nuestro hogar.
Pensé que la noche me aportaría consejo mientras dormia pero en cuanto trataba de cerrar los ojos esos flash volvían a mi mente y el maldito reflejo de la erección en mi bragueta. Las bragas sucias que había escondido bajo el cojín volvían a mi nariz y una y otra vez me volvía a masturbar.
No sé cuántas pajas me hice ese fin de semana. Paré de contar a la octava o novena. Tenía la polla irritada y al momento de correrme ya no me salía nada. Tenía los huevos secos de tanto eyacular.
En medio de mi delirio de hombre engañado y traicionado también busque su blusa.
Las manchas blancas de semen seco también terminaron de estimular ese deseo que yo creía muerto a nunca jamás. Nuevas pajas, nuevas imágenes.
En unos cuantos segundos me encontraba transportado a ese lugar que no conocía en donde mi mujer se sometía a la polla de ese hombre. Imaginaba más gotas de lefa escurriendo por su ropa.
Definitivamente, estaba perdiendo la cabeza!

El lunes por la mañana, ella se fue al trabajo. A penas un saludo frío y lleno de rabia antes de verla partir.

A eso de las 10 de la mañana recibí un texto de su parte.

" Porfavor, te lo suplico, perdoname, nuestra vida no puede terminar así, haré lo que sea!"

Leyendo y re leyendo el mensaje una idea malsana me vino a la mente.

"Sólo hay una cosa que podrías hacer para que te perdone"

Su respuesta no tardo en llegar.

"Lo que sea, haré lo que sea para volver a nuestra vida de antes, solo pídemelo"

" Quiero que lo vuelvas a hacer!"

"Que dices? Te has vuelto loco? Que me estás pidiendo?"

"Como lo has leído, quiero que lo vuelvas a hacer. No es negociable. Quiero que te vayas de copas y otra vez se lo mames al primer aparecido"

"Estás delirando, te das cuenta lo que me estás pidiendo? Como después de todo ese dolor me pides que lo vuelva a hacer? Piénsalo bien porfavor."

"Ya lo he pensando mil veces, quiero que el próximo viernes vulevas a salir. Quiero que levantes un tío y vengas a casa igual que la última vez. Sólo que está vez nada de lavarse los dientes ni la cara . Te quiero frente a mi con las pruebas de tu vicio!".

" Piénsalo bien y lo hablamos esta noche. Si es lo que en realidad deseas lo haré. Pero por favor piensa antes en las consecuencias "

"Estoy decidido. Hablaremos de los detalles. Pero considero que si me quieres aún, harás lo que te pido, hablamos esta noche".

No sé qué tipo de diablo ha entrado en mi. Jamás mi libido había alcanzado ese estado de ebullición.
El hecho de imaginar a mi mujer como una puta en un baño, había hecho renacer en mi al hombre lleno de deseo y pasión. Jamás entenderé por qué, pero la decisión está tomada....

Continuará....
No sé si es real y quieres compartirlo o parte de un relato, pero tal vez te gustaría el grupo de Relatos eróticos
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****oza Hombre
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Cita de *****775:
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Gracias por tu sugerencia pero ya estoy en ese grupo.
Lo publiqué aquí por qué me parece que tiene mejor difusión. Me refiero a que hay más potencial de lectura. No sé, soy nuevo en la página .
Muchas gracias de todas formas.
Hasta pronto
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