NI ENFERMOS, NI MALTRATADORES NI SEXISTAS

***AV Mujer
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Autor de un tema Moderador de grupo 
NI ENFERMOS, NI MALTRATADORES NI SEXISTAS
Todos los practicantes de BDSM nos hemos preguntado alguna vez ¿Por qué me gustan estas cosas? ¿Tengo algún problema?

También nos hemos encontrado con dificultades a la hora de explicar estas cosas a nuestros amigos vainilla.

Para despejar estas dudas, creo que hay que aclarar una serie de cosas, especialmente para quien está empezando en este mundillo y pasa por momentos de culpabilidad por sus tendencias sexuales.

No somos enfermos mentales. Hace ya varias décadas que la psicología moderna no considera este tipo de tendencias como un trastorno mental. Lo considera únicamente una parafilia, es decir, un gusto que se sale un poco de lo frecuente, pero que no debe tener ninguna consecuencia negativa ni para nosotros, ni para quienes participen en nuestras “aficiones”.

No somos peligrosos. Si vemos los medios de comunicación, salvo contadísimas excepciones los que realizan crímenes sexuales no pertenecen a la Comunidad BDSM.

Lo sabe la policía, y cuando buscan sospechosos de crímenes sexuales no suelen buscar entre practicantes de BDSM. Lo que hacemos es de forma sensata, sana y consensuada.

No somos maltratadores. A diferencia del maltrato, lo que hacemos es de mutuo acuerdo, libre y voluntariamente pactado. El BDSM no busca dañar la autoestima de la persona sumisa, y sí se busca que la sumisa o el sumiso terminen la sesión habiendo disfrutado y sintiéndose bien consigo mismo. De la misma manera, para la gran mayoría de l@s Dominantes, no existe un desprecio hacia l@s sumis@s, ni entienden que estos sean seres inferiores, ni siquiera en el caso de que se produzcan situaciones de humillación durante las sesiones.

Además, los maltratadores no se excitan cuando maltratan. Lo hacen por otros motivos. Comparar el maltrato con el BDSM, es como comparar una violación con una pareja haciendo el amor. Mirado objetivamente, una pareja haciendo el amor hace los mismos actos que los que se producen en una violación, en los dos casos hay un pene que se introduce en una vagina. Pero ahí acaban todas las similitudes.

No somos bichos raros. Entre el 10 y el 25% de la población tiene este tipo de fantasías, aunque un porcentaje bastante menor somos los que damos el paso de llevarlas a la práctica. Para hacernos una idea, el (afortunadamente) cada vez más socialmente aceptado colectivo homosexual constituye entre el 1 y el 5% de la población. Se puede decir que los practicantes de BDSM somos “el último armario”.

No somos sexistas. El hecho de ser Dominante o sumis@, y el trato que se da a ambos en la comunidad BDSM no depende de su sexo. Depende del rol que ha elegido. Hay Amos y Amas. Hay sumisos y sumisas. El hecho de adoptar un determinado rol no tiene absolutamente nada que ver con las creencias que cada uno pueda tener sobre la igualdad de derechos entre sexos.

¿Significa todo eso que los practicantes de BDSM somos santos?

No.

Como en cualquier colectivo, hay gente de todas las cataduras morales. Hay gente decente y hay impresentables. Al igual que entre las personas que tienen sexo vainilla, hay de todo. Y con el tiempo, se va aprendiendo a distinguir a unos y a otros.
Diferencias entre ABUSO y BDSM....
*********ecret Mujer
545 Publicación
Super interesante, gracias por la información
Me parece totalmente lógica 😉
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