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A llegar al salón me las encontré jugando a un juego de artes marciales con el accesorio de la consola que captura los movimientos de los jugadores mientras el último CD de Nach sonaba derramando ritmo por los diferentes bafles. Las 4 latas de cerveza vacías y la 2ª botella de vodka negro que acababan de abrir me hicieron pensar que tal vez me había retrasado un poco con la ducha. En el cenicero el número de colillas y de “tachas” de porro estaban igualados, Cogí una “L “ que me habían dejado y estuve observando como jugaban mientras me la fumaba. Al cabo de un rato me pidieron ayuda para pasarse un oponente con el que no podían. Yo me hice de rogar un poco, pero los años que pasé haciendo Taekwondo me daban una gran ventaja. Total, yo ya me había pasado el juego en una dificultad mayor que la que ellas tenían puesta, así que aproveché para lucirme un poco…
• Joder ¡! Como se mueve tu hermano ¡! Mejor que no lo hagas enfadar….
• Pues tendrías que verme en la cama… aun me muevo mejor… - respondí con una carcajada mientras me preparaba un lingotazo tras superar al rival.
No sé si fue por el comentario o por lo que llevábamos encima, pero Ariko se sonrojo mientras me miraba desde el sofá y yo le entregaba su cubata.
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