Llamas gemelas

*****i77 Mujer
6.446 Publicación
Autor de un tema Moderador de grupo 
Llamas gemelas
Llegué a la fiesta tarde para variar y entré al local buscando a mis amigas con la mirada. Nada más verlas fui hacia ellas y me recibieron con los típicos "Ya era hora tía" " Qué raro tú llegando tarde" "¿Otra vez dando vueltas por la calle con Google Maps?" No tenía secretos para ellas...
"Voy a por una copa" les dije después de echarnos unas risas a mi costa, y me dirigí hacia la barra.

Mientras miraba al camarero a ver si me atendía, alguien me tocó el hombro y me giré enseguida un poco incómoda.
"Estaba seguro de que eras tú"
"Manuel cuánto tiempo" y le di un abrazo. Un amigo del instituto, un poco pesado en aquella época, todo hay que decirlo, pero era un bombón y muy divertido. Ahora seguía siendo un bombón por lo visto.

Me giró sobre mi misma y lanzó un silbido a lo que yo sonreí. "Sigues siendo la mujer más bonita donde vayas" "Manuel no empieces" le dije con un golpe juguetón.
¡Ay el camarero! Le pedí mi copa y al girarme con ella en la mano, Manuel hablaba con otro hombre mientras ambos me miraban.

Los ojos del recién llegado me estaban mirando de arriba a abajo sin disimulo, y cuando nuestras miradas se encontraron, un escalofrío me recorrió.
"Carmen, te presento a mi amigo Oriol"
Sus ojos seguían sin separarse de los míos y parecían en llamas cuando se acercó a darme dos besos apoyando la calidez de su mano en mi espalda desnuda.
¿Qué me estaba pasando?
"Bueno me alegra verte Manuel, luego nos pasamos los teléfonos y nos vemos si te parece. Ahora voy con mis amigas"

Sentía su mirada sobre mi mientras bailaba, así que decidí seguirle el juego y bailar contoneando mis caderas lo más sexy que podía y clavando en él mis ojos de vez en cuando. Quería que supiera que bailaba para él.

Me dirigía al baño cuando unas rápidas manos atraparon mis muñecas y me situaron contra la pared. Era Oriol.
Su cuerpo se pegó al mío y pude sentirlo absolutamente entregado a mi.
Mi cuerpo respondió empezando a humedecerse, y con mirada turbia de locura transitoria nos lanzamos a besarnos como lobos hambrientos.

Nuestras lenguas se encontraron rápidamente y parecían luchar a muerte por hacerse con el otro.
Mi pierna subió y mi pie lo apretó aún más contra mi, y pasando a coger mis muñecas con una sola mano, la otra se lanzó por debajo de mi vestido hasta agarrar bien mis nalgas y hacerme jadear. Eso pareció excitarlo aún más y separándose de mi, cogió mi mano y nos fuimos corriendo hacia un lugar más oscuro.

Con el vestido subido y su pantalón bajado, nuestras manos juguetearon con el cuerpo del otro. Él se agachó ante mi y yo le cogí del pelo mientras su cabeza se perdía entre mis muslos.

Mi mente no pensaba, era dirigida por el morbo, la lujuria y el placer. Y creo que la suya también.

"Sí" murmuré mientras los espasmos acudían a cientos a todo mi cuerpo, me sacudían oleadas de placer y él clavaba su boca para no derramar ni una de las cálidas gotas que brotaban de mi.

Cuando mi cuerpo se relajó, volvió a subir hasta mi cara y mientras yo me movía como hace un rato en la pista pero clavada en él, pude notar su erección.
Rápidamente se puso un condón y sentí sus estocadas como heridas de muerte sumamente placenteras.
Nuestros cuerpos se ajustaban perfectamente el uno al otro.
Mis piernas lo rodeaban mientras me cogía el culo con ambas manos apoyándome en la pared. Apenas podía moverme en esa postura.
Mis uñas se clavaban en sus hombros y rasgaban su espalda.
Mordiscos, besos, arañazos, locura, olor a sexo, temblores, piel erizada y un placer infinito recorría nuestros cuerpos. Teníamos un halo de fuego alrededor y cuando llegó al clímax mi vagina se contrajo para no dejarlo salir de allí. Deseaba sellar para siempre ese momento en que vivimos una vida entera en un rato.
Las llamas gemelas se habían encontrado, no había duda.

Cuando salimos del trance nos miramos con esa mirada de cazador a cazadora que se reconocen sin más, y sin hablar, nos arreglamos la ropa y el pelo y salimos de allí. Marcados, satisfechos, felices y cogidos de la mano, dejando un rastro de feromonas que seguro otras personas cazadoras podrían olisquear y sentir lo que allí había ocurrido.
******r63 Hombre
1.938 Publicación
Que maravilla, esos momentos irresistibles de pasión que no se paran ante nada. Bravo @*****i77 por esta intensidad.
*******els Pareja
5 Publicación
Uauuuuuuuuu nenaaaa que subidón de relato,me encanta!!❤️❤️❤️
Inscríbete y participa
¿Quieres participar en el debate?
Hazte miembro de forma gratuita para poder debatir con otras personas sobre temas morbosos o para formular tus propias preguntas.