Los orgasmos. Mi antes y mi después.

*******ylla Mujer
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Los orgasmos. Mi antes y mi después.
Era una tarde de domingo y nos habíamos reunido ocho o nueve amigos en casa de quien llamaré Señor X. Después de tomar café conversábamos sobre experiencias y prácticas. Tras mucho hablar sobre lo que nos gustaba y lo que no (a algunas se nos notaban las ganas de probar), nuestro anfitrión preguntó si teníamos curiosidad por probar algo y nos quedamos mirándole, se hizo el silencio. Estábamos deseosas pero ninguna se atrevía a pedir nada hasta que alguien nos echó un cable y dijo “creo que no saben ni lo que pedir porque no saben todo lo que tienes aquí en casa.” Yo, como siempre, tenía en mente lo que quería probar, un dildo de electro muy concreto, pero me había dicho en varias ocasiones que aún no estaba preparada para ello porque a las sensaciones de la electro ha de irse acostumbrando una gradualmente y yo solo había llegado hasta probar un mini dildo de iniciación. Aun así lo volví a pedir, que el “no” siempre lo tiene una, y esta vez se alinearon los astros y me dijo que si quería probarlo sería muy suavito. No cabía en mí de gozo, estaba muy contenta, y nerviosa a la vez por ser una experiencia nueva. Sacamos la camilla y la montamos, abrió la maleta de electro, me desnudé, y me subí a la camilla, con las piernas abiertas y dobladas. Aún no había empezado y yo ya estaba empapada, algo que no pasó inadvertido para él y, mientras conectaba los cables, me dijo “¿Pero ya estamos así? ¡Mira que eres golfa!” Ante esas palabras no pude sino sentir vergüenza y orgullo a partes iguales, mi cuerpo va por libre y nunca puedo mentir sobre mi excitación.

Llegó el momento de introducir el dildo de 4 polos, y me dio a elegir entre dos dildos iguales, uno más pequeño y otro más grande, y me dijo que el pequeño se sentía más intenso porque concentraba más las sensaciones. Elegí el más grande, que, en realidad era “un poco grande” pero me entró sin problemas. Conectó cada polo a su lugar correspondiente, y encendió el TENS. Empezó a manejarlo con sumo cuidado. “Dime cuando lo notes, deberás notarlo por esta zona de arriba” me decía mientras señalaba la parte baja del abdomen. Al principio le miré expectante, él me miraba muy atentamente, creo que hasta sorprendido de que yo aún no hubiera dicho nada, pero es que yo no notaba nada; hasta que comencé a sentir un leve hormigueo y le avisé de que ya lo notaba. “Muy bien”, dijo, “ahora vamos con el otro canal, este lo sentirás más abajo, sobre la zona más próxima a la vagina. Lo mismo de antes, tú me dices cuándo lo sientes”. Y así fue, de nuevo mirándole con expectación hasta que comencé a sentir ese hormigueo.

Intentaré describir las sensaciones que sentí (espero me disculpéis si no me sé explicar muy bien, pero era la primera vez que sentía algo así), primero empezó una sensación de que algo me reptaba por dentro y se iba introduciendo cada vez más adentro, al principio la sensación era la del tamaño de un gusanito, pero luego éste fue creciendo en tamaño, y por tanto crecía en intensidad. Para mí la experiencia era algo difícil de creer, pues había visto el dildo y su tamaño, y jamás alguien que lo haya visto con sus propios ojos pensaría que pudiera realizar tamañas acciones. Además, que no se movía, yo lo miraba mientras sentía que me reptaban por dentro, y el dildo estaba quieto. El Señor X me iba preguntando cómo iba y qué sentía antes de incrementar el nivel de intensidad.

Después, esa sensación cambió totalmente, y empecé a sentir como unos pequeños azotes, pero por dentro. Cuál no sería mi cara de sorpresa que el Señor me preguntó “¿qué te pasa?” mientras sonreía, pues él sabía perfectamente lo que pasaba: había cambiado el modo en el TENS y la sensación cambió radicalmente, pero él necesitaba saber la intensidad a la que me gustaba recibir esos azotes pues, como me iba explicando, cada persona es un mundo, conduce la electricidad de forma distinta y no todas tenemos el mismo umbral del dolor. Cuando se aseguró de que todo iba bien, fue incrementando poco a poco la frecuencia de los azotes, a veces muy seguidos, otras eran más espaciados en el tiempo, pero los notaba como más fuertes. De la sensación de los azotes pasó a la de los varazos, cosa que me sorprendió muchísimo, pues nunca jamás me he atrevido a probar la vara, ya que es uno de los golpes más contundentes y sé que no podría (soy una blanda, ¿qué se le va a hacer?), sin embargo, no solo los “aguanté”, sino que me gustó la sensación. Aunque quizás fue porque se le estaba empezando a agotar la batería y no los sentía con tanta intensidad, ¿quién sabe?

He olvidado mencionar, que mientras sentía las sensaciones que me daba el TENS, tenía de manera intermitente el Hitachi (y digo intermitente porque me lo dejó a mí, y cuando me preguntaba por una sensación del TENS yo lo despegaba para no confundir sensaciones y poder dar una respuesta segura y no aventurada).

Como la batería se agotaba, decidió parar y cambiar de aparato, seguía con el mismo dildo de 4 polos, pero lo conectó al Erostek ET-312 que, como ya me avisó, tiene aún más potencia pero son sensaciones muy distintas y, en efecto, fueron aún más alucinantes, y de nuevo no sé si seré capaz de describirlas correctamente. Empezó con una sensación de uñas arañándome por dentro, como rascando, en cuanto se lo dije, él cambió un par de cosas y esas uñas pasaron a ser yemas de los dedos que acariciaban mi interior. Después vino la sensación de que el dildo se movía como si fuese un barco que navegase y se meciera con el vaivén de las olas. Yo lo sentía dentro de esa manera, como si se inclinase primero hacia arriba, después hacia debajo, y fuera alternando esos movimientos verticales con los mismos en horizontal. Como es muy normal yo miraba hacia abajo, hacia el dildo, que no se movió ni un milímetro en todo el rato, mientras intentaba describir estas sensaciones en voz alta, pero yo preguntaba si lo estaba moviendo porque así lo sentía, y él me lo remarcaba, diciendo “pero criatura, ¿tú no ves que eso está ahí quieto?. Anda, anda, imaginaciones tuyas eso de que se mueva.” (Y nos reímos todos). Antes de que me diera cuenta estaba empezando a cambiar de nuevo la sensación, esta vez fue igual que la de un fisting, sentí esa presión en la entrada y miré de nuevo, por enésima vez hacia el dildo, nada, ahí no había ningún puño, pero era lo que yo sentía. Esto no duró mucho, pues el Señor X vio en mi cara que no era de mis sensaciones favoritas, y decidió pasar al siguiente programa, y así fue cambiando, como después me diría, entre 18 programas distintos. Hubo un momento en que hizo algo con los cables, porque le vi sacar unos cortitos de una caja blanca y desconectó unos cables y conectó otros (no recuerdo muy bien porque tampoco estaba yo para fijarme en eso) pero lo que sí recuerdo es que era un lío de cables.

De repente, me avisó que iba a empezar con algo muy distinto y que si estaba preparada. Le dije que sí y sentí como si el dildo se fuera expandiendo cada vez más, creciendo y rellenándome, ¡era como si me estuviera follando a un caballo! El Señor X se reía, porque tenía los ojos desorbitados por la sorpresa, así que decidió cambiar de programa y, como siempre, me dijo que fuera describiendo lo que sentía, así que, en voz muy bajita, susurré “siento como un pumpumpum golpeando”, a lo que me dijo “no te he oído, ¿puedes repetirlo más alto?” justo cuando empecé a hablar, cambió algo, así que esta vez, en lugar de decirlo medianamente bien y de forma clara, dije “pumPUMPUM!!” con una voz entre gemido, grito y gallo (porque sí, me salió un gallo). ¡Menudo estallido de risas! Sin darme tiempo a respirar volvió a cambiar de programa, y esta vez sentí como si una polla bombease en mi interior. Fue así durante no sé cuánto tiempo, porque no estaba yo como para cronometrarlo, la verdad sea dicha.

También me puso unos parches en el pecho junto con unos succionadores o campanas de vacío en los pezones y en el clítoris, y de nuevo comenzaron las sensaciones, azotes por dentro, masajes internos, sentir que me tiraban de los pezones hacia dentro y hacia fuera, pero desde dentro… Cuando acabó y me quitó las copas, tenía una sensibilidad extrema en mis pezones y mi clítoris, así que cogió el Hitachi y me dijo “estate quieta”. Se lo dio a alguien para que me lo pusiera mientras él seguía manejando la electro, y juro que lo intenté con todas mis fuerzas, me agarré a la camilla, pero no podía, mis brazos y piernas iban por libre, tanto me movía que parecía que estaba “convulsionando”, y me tuvieron que agarrar para que no me cayese de la camilla. Parecía que había parado, pero no, estaba empezando a sentir un orgasmo, tan fuerte que ni yo misma era consciente de que empecé a mover mis extremidades de manera frenética y que hicieron falta 6 personas para agarrarme y evitar que cayese al suelo porque no paraba de moverme. El orgasmo fue intenso, y el más largo de todos los que he tenido en mi vida, eso no paraba nunca. Al final me temblaba todo el cuerpo, las piernas de plastilina. Cuando acabamos, el Señor X me dijo que había llegado más lejos de lo que él esperaba pues, a medida que mi cuerpo se iba acostumbrando a las sensaciones, él iba subiendo la intensidad poco a poco llegando al 68% en el nivel 2 y me explicó que ese aparato tiene 3 niveles de intensidad pero que el tercero lo reserva solo para electrotortura cuando realiza las prácticas con masoquistas.

Hubo más cosas esa tarde, otros orgasmos, pero es a otras personas a quienes les correspondería contarlas.

Para terminar, pido nuevamente disculpas desde aquí a quien mordí en mis delirios de placer.

Myri.
Ufffffff...... tremendo relato! Dan ganas de probar este tipo de estimulacion electrica. Me encanta como describes las sensaciones que te provocaba como si se fuera moviendo en tu interior sin hacerlo.

Crees que podria ser interesante para alguien que se esta iniciando en el sexo anal?? por eso de notar tanto sin mover demasiado el dildo.
*******ylla Mujer
903 Publicación
Autor de un tema 
@****Sky pues la verdad que nunca he probado la electro con anal, sería interesante, de todas maneras el experto en este ámbito sería quien te podría decir, si quieres te comento por privado quién es, aunque supongo que ya lo imaginas jajaja
*******ylla Mujer
903 Publicación
Autor de un tema 
Quiero dejar claro que la electroestimulacion no es algo con lo que jugar sin tener unos conocimientos sobre la materia, si se hace sin tenerlos puede ser muy peligrosa, así que por favor, tengamos cabeza, que somos mayorcitos. Un saludo.
****60 Hombre
12 Publicación
Un relato muy interesante. Nunca he probado ese tipo de estimulación pero me gustaria probarlo.
*******974 Mujer
81 Publicación
Desde luego es algo de lo que nunca había oído, ha sido muy ilustrativo. Yo soy muy cobardica, no estoy segura de atreverme, jajaja
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