Continuidad en el sillón

Se lo compro a una amiga que ya no lo usaba. Hacía meses que sabía donde lo iba a colocar. Estaba perfecto en el rincón debajo de la ventana.

Anoche lo estrenó. Colocó el sillón tántrico como parte del útero que siempre se montaba cuando se iba a hacer un homenaje: ofrendar a Dionoso su placer, zambulléndose en sus más profundos placeres sin ninguna censura, después de una ligera cena que excitó sus sentidos.

Se sentó en el sillón con el torso al descubierto y con el pantalón blanco que usaba para ceremonias. Ya estaba muy cachondo y comenzó a acariciar su torso disfrutando de sus caricias con una pócima a base de aceite de almendras, esencia de azahar y naranja dulce. Su polla dura reclamaba sus caricias y poco a poco sus manos fueron bajando hasta su sexo. Subir, bajar, con suavidad, con sus manos sedosas por el aceite, respirando profundo. Mmmm, siiiii

Comenzó a imaginar a Alicia en su jardín con ese vestido negro ceñido que le llegaba hasta los tobillos. Sin bragas para que no le hiciera marca. Se la imaginaba excitada subiendo por las escaleras como una sombra. Llegó hasta la puerta de la habitación y lo miraba cómo se masturbaba. Se mojó los labios y comenzó a masturbarse en la puerta.

Él olió un perfume familiar y aceleró su masaje y ella se acercó por detrás y le besó el cuello. Le acarició el torso y poco a poco fue deslizándose beso a beso, lengua a lengua, hasta llegar a su pelvis. Se remangó el vestidos y suavemente se introdujo el lingam en su yoni. Él se agarró a sus caderas. Subir, bajar, con suavidad, con sus manos sedosas por el aceite, respirando profundo.

El sillón ejercía su papel y en una perfecta coreografía bailaron sus deseos deslizando sus cuerpos hacia distintas posiciones. Subir, bajar, con suavidad, con sus manos sedosas por el aceite, respirando profundo.

Poco a poco Alicia fue reposándose en su pecho océanico. No hubo orgasmo, no era necesario. Sólo era disfrutar de Dioniso subiendo, bajando, suavemente, con sus manos sedosas por el aceite, respirando profundo.

Estás aquí? Sí, estoy aquí.