Mi repertorio soez
Tus curvas son casi tan pronunciadas
como mis inquietudes.
Protagonizadas siempre por piel:
Mis delirios
se obsesionan con
la simetría de las figuras,
la cadencia de los movimientos,
o la carencia absoluta de moralidad
en el comportamiento.
A quien le importa lo que
“es debido”
cuando solo quiero
disfrutar de tus gemidos.
Voces de deseo.
La furia de tu estruendo.
Grita.
Grita de placer.
Que todas y todos se enteren
lo mucho que te gusta
que te coma el cerebro… con mis letras.
Sentirte húmeda y receptiva.
Vibrar como te conectas a mí,
mucho antes de penetrarte.
Estimular tu mente
es como trapichear con lichis
sin hablar chino.
Es como montar en bici
por el campo,
estando anclado auna pista de baile
o como pecar de gula…
solo con observarte.
En silencio.
Disfrutar de tus movimientos lentos
y la próxemia primigenia
de alguien que respira sensualidad
e inspira a este loco
a escribir kilómetros de letras.
Hoy solo voy a relatar
lo mucho que me gusta
comerte con los ojos,
lamerte con las pestañas
o masturbarte con las frases
inconclusas,
inocuas
y absurdas
de mi repertorio soez.