Nuestro cuerpo es nuestro templo, nuestra forma de presentarnos ante el mundo, el medio que nos permite vivir. Pero este mismo templo, al que deberíamos adorar por todo lo que nos permite realizar y por lo bello que resulta ser, es a menudo odiado y profanado no solo por los demás, sino también por nosotros mismos.
Por María Fernández
María Fernández divulga sobre educación sexual, además de mostrar cuerpos reales a través de ilustraciones y fotografías.
Unos kilos de más
Si hiciéramos una encuesta o preguntáramos por la calle a las personas si están felices con su cuerpo, ¿cuántas crees que responderían que sí? La respuesta está más que clara. Todos nos sacamos defectos por muy pequeños que sean y nadie está contento con su cuerpo. Pero esos miles de defectos se quedan en nada si hablamos del mayor de todos, el que impregna a todos los demás: los kilos de más.
"Estar gordos" se ha convertido, o mejor dicho, la sociedad lo ha convertido en el principal problema del primer mundo. Digo "estar gordos" porque ahora tener un gramo de más es toda una desfachatez.
Principios de año. Publicidad a raudales de ofertas de gimnasios para empezar la puñetera operación biquini, ropa deportiva, aparatos de gimnasia, unido a una cantidad incesante de videos de ejercicios para realizar en casa. Por otro lado, las famosas dietas milagro, productos y complementos dietéticos, y los programas de televisión que se centran en la cocina saludable.
En estos últimos años, la publicidad, los medios de comunicación y ahora también las redes sociales, se han convertido en el escaparate de cuerpos perfectos que muestran día tras día sus rutinas saludables, perpetuando un tipo de cuerpo que para nada representa ni la realidad ni a la mayoría. La instauración de este cuerpo estándar genera las mayores inseguridades entre la sociedad, pero especialmente entre las mujeres.
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Mujer bella, mujer delgada
¿Y por qué especialmente entre las mujeres? Porque solo tienes que echar un breve vistazo a tu alrededor para ver las exigencias de “belleza” a las que estamos sometidas. ¿Quiénes salen en anuncios publicitarios de gel reductor? ¿Y de complementos dietéticos? ¿Cómo se muestra a estas personas? ¿Cómo son las protagonistas de la mayoría de series o películas? ¿Y las presentadoras y colaboradoras de televisión? Belleza y delgadez, por desgracia, parecen ir de la mano.
El gran sesgo de género referente a la corporalidad se hace evidente al responder a las anteriores preguntas. Los kilos de las mujeres están en el punto de mira siempre, solo tenemos que navegar por redes sociales para ver los miles de insultos que reciben famosas y no tan famosas al mostrar sus cuerpos tal y como son.
Gordofobia en los Goya
Solo tenemos que remontarnos al pasado 11 de febrero para ver un ejemplo claro. Ese día se celebraba la gala de los Goya, en la que lo más comentado no fueron las películas, ni el equipo técnico, ni el papel de actrices y actores. Lo más comentado fue el cuerpo de la actriz Berta Vázquez, que se erigía firme y segura, con un gran vestido beige como la gran diosa de ébano que es. Berta ha engordado un poco, y esto fue la excusa perfecta para que entraran en acción un sinfín de comentarios gordofóbicos en redes. “En lugar de Palmeras en la Nieve, debería llamarse Palmeras de chocolate”, “¡qué pena que te hayas dejado de esa manera con lo guapa que estabas!”.
Lo que nos debería dar pena es juzgar a una persona por su cuerpo, creer que solo estamos guapas cuando estamos delgadas, pensar que una persona es menos profesional por estar gorda, y centrar una gala de cine en la crítica al cuerpo de la mujer. En cambio, no encontraremos críticas al cuerpo de ningún actor hombre que tenga unos kilos de más. Todo este revuelo ocurrió después de que la actriz Laura Galán, ganadora del goya a actriz revelación por “Cerdita”, película que trata el tema de la gordofobia, reivindicara precisamente la no critica al cuerpo de la mujer. ¿Aprendimos algo con su discurso? Parece que nada.
Necesitamos otros referentes
Son demasiadas las personas que encuentran desagradable para la vista los cuerpos gordos, culpa de la invisibilización de estos. Aunque en los últimos años hemos asistido al boom de los cuerpos reales gracias a la visibilización en redes de modelos como Ashley Graham, presentadoras como Tania Llasera y actrices como nuestra Berta Vázquez, que no solo nos enseñan que la corporalidad de las personas puede ser muy variada, sino que podemos triunfar y ser las más profesionales del mundo, otorgándonos la fuerza que necesitamos para encarar a aquellos que piensan lo contrario. Y aunque aún queda muchísimo por reivindicar y visibilizar, ellas nos han abierto el camino a todas para poder ser nosotras mismas, para ser esas diosas que llevamos en nuestro interior y en nuestro exterior.
¿Qué opinas de este artículo de María? ¿Crees que la gordofobia se está reduciendo gracias a los buenos referentes? ¿Te sientes a gusto con tu cuerpo o te preocupan esos presuntos kilos de más? ¡Ábrete en el ¿Eres consciente de la gordofobia que nos rodea?!
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