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¿Por qué la ciencia debería estudiar el sexo?

Un científico nos cuenta las últimas investigaciones sobre sexualidad

Entrevisté a Pere Estupinyà, científico, divulgador y escritor del libro “S=EX2. La ciencia del sexo”. Escrito hace diez años, ha sacado una nueva edición con los últimos avances que han hecho los y las investigadoras para conocer cómo funciona la sexualidad humana. En este artículo, encontrarás una entrevista donde Pere Estupinyà y Cecilia Bizzotto hablan de tipos de orgasmos, relaciones abiertas, fantasías eróticas… todo, desde el punto de vista de la ciencia.
Por Cecilia Bizzotto


¿Por qué la ciencia debería estudiar el sexo?

Cecilia Bizzotto es socióloga, portavoz y creadora de contenido para JOYclub. Divulga sobre sexo y placer desde un enfoque feminista, fomentando una visión desestigmatizada de las fantasías y las sexualidades alternativas.

RAZÓN 1. Somos sexuales y diversas

¿Qué es lo que nos hace humanos? ¿La capacidad de comunicación verbal? ¿Crear tecnologías brutales que nos separen de lo “natural”? ¿Que hayamos sido capaces de crear redes de cuidados para sobrevivir como especie? Hay muchas teorías, pero sí hay algo claro es que la forma en la que vivimos la sexualidad es una parte indispensable de nuestra naturaleza y nuestra cultura.

La sexualidad no solo es un fenómeno biológico, no somos sólo un atado de hormonas y neuronas que dan respuesta a comportamientos eróticos. La forma en la que vivimos el placer está profundamente arraigada en la cultura. Las prácticas sexuales, las normas y los tabúes varían enormemente de una sociedad a otra, y a menudo reflejan valores culturales y creencias arraigadas y construidas socialmente.

VIDEO: "Entrevista top entre Pere Estupinyà y Cecilia Bizzotto"

 
 

De hecho, es superinteresante la antropología cultural aplicada a la sexología. Comprender cómo diferentes culturas abordan y valoran la sexualidad nos permite apreciar la riqueza, diversidad y la complejidad de la experiencia humana, para que dejemos de confundir lo “biológico” con lo “social”.

¿Te interesa la antropología?

Si quieres sacudirte estereotipos sexuales, lee a antropólogas como Andrea Garcia-Santesmases, Margaret Mead, Gayle Rubin, Mariluz Estevan, Patricia Hill Collins, Alba Barbé i Serra, Jose Antonio Langarita, Fátima Mernissi, Esther Newton…

Así que la primera razón para investigar la sexualidad humana es comprender su diversidad. Cada persona es única, y esto se extiende a sus experiencias sexuales y su identidad de género. Al estudiar la sexualidad desde una perspectiva científica, podemos comprender mejor la amplia gama de orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones sexuales existentes.

RAZÓN 2. Desmitificar estereotipos absurdos

La sexualidad ha sido históricamente, y sigue siendo, un tema rodeado de mitos, tabúes y estigmas. La ciencia puede ayudar a desmitificar estos conceptos erróneos al proporcionar datos objetivos y evidencia empírica. Al desentrañar los mitos y desafiar el estigma, podemos crear entornos más comprensivos y respetuosos para todas las personas, con el fin de normalizar y naturalizar la diferencia.

Eso sí, siempre y cuando no sea la propia comunidad científica la que trata de reproducir esos estereotipos para legitimarlos. Al fin y al cabo, la comunidad científica tiene mucho poder: todo aquello “avalado” por la ciencia, tiene presunción de verdad. Por ejemplo, durante años los craneólogos (una disciplina que ya no existe porque ahora ya sabemos que es pseudociencia) se dedicaron a tratar de buscar explicaciones basadas en datos empíricos, el tamaño del cráneo, para “demostrar” la inferioridad de las mujeres y de las personas racializadas.

Y si buscas ejemplos más recientes de “mala praxis” científica, puedes leer los tropecientos estudios que tratan de demostrar cómo las mujeres son más cariñosas y los hombres más violentos, eximiendo una “naturaleza” diferencial.
Por eso, es muy importante que la ciencia estudie, pero que estudie bien. Porque los y las científicas son personas con sus limitaciones y tabús. Así que cuando leas el titular "La ciencia dice que + estereotipo", empieza a dudar.

¿Quieres saber qué dice la ciencia del sexo?

¿Por qué la ciencia debería estudiar el sexo?

Lee el libro de Pere Estupinyà, "S=EX2. La ciencia del sexo". Este libro es el resultado de entrevistas a fisiólogos, psicólogos, antropólogos, terapeutas, sociólogos, biólogos evolutivos y neurocientíficos expertos en sexualidad. Estupinyàtambién entrevistó a personas asexuales, fetichistas, mujeres multiorgásmicas, anorgásmicas, intersexuales. Incluso pasó una noche en un club de swingers de Nueva York, acudió a eventos sadomasoquistas, aprendió técnicas de tantra…
¡Descubre lo que dice la ciencia del sexo!

RAZÓN 3. Disfrutar más de nuestra erótica

Para poder vivir nuestra sexualidad de forma plena y libre, es necesario conocer nuestros cuerpos y nuestras vivencias de forma desestereotipada. Investigaciones científicas sobre la sexualidad pueden arrojar luz sobre las prácticas sexuales seguras, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la promoción de relaciones sexuales saludables.

Te pongo un ejemplo muy interesante que deja muy clarito la importancia de la educación sexual: hay un indicador sexológico que es la concordancia entre excitación física y mental. Esto es que si a una persona le presentas un estímulo, por ejemplo, le haces ver una película porno, esta persona puede excitarse a nivel físico (su respiración se volverá más agitada, si es una persona con vulva tendrá más riego sanguíneo en esa zona y lubricará....). Si luego le preguntas: "¿Te has excitado al ver la película?" y te dice que no a pesar de que su cuerpo sí se excitó, diremos que esa persona tiene poca concordancia sexual.

Lo que se ha visto en todas las investigaciones sobre el tema, es que las mujeres tienen peor concordancia sexual que los hombres y no son tan capaces de reconocer los síntomas de su propia excitación. Esto podría ser explicado por la variabilidad en la respuesta sexual femenina, al fin y al cabo, nosotras no tenemos un pene empalmado que nos muestra claramente lo cachondas que estamos.

Sin embargo, se ha visto que las mujeres que se masturban habitualmente, tienden a reconocer mejor sus síntomas de excitación. A su vez, aquellas mujeres con mayor concordancia sexual suelen están más satisfechas con su sexualidad. Es decir, aquellas que no se masturban tienen más dificultades para darse cuenta de que están excitadas ante un estímulo y disfrutan menos de su sexualidad.

¡Oye la entrevista en pódcast!

¿Por qué la ciencia debería estudiar el sexo?
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Este es un ejemplo claro que nos habla de la importancia del autoconocimiento y la educación sexual. ¡Deberíamos estar promoviendo que todas las personas se toquen y se disfruten! Y no sólo por ética, ideología, feminismo... Sino porque es la propia ciencia la que nos arroja datos de lo importante que es conocerse y tener una relación sana con el cuerpo.

Por ello, la investigación científica en sexualidad y la educación sexual son dos aspectos importantísimos que nos permitirán experimentar mejor nuestra erótica. Al abordar este tema con curiosidad, apertura y rigor científico, podemos avanzar hacia un futuro donde la sexualidad sea entendida, respetada y celebrada en todas sus formas.


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