Cuando hablamos de relaciones sexuales abrimos un gran abanico de posibilidades, experiencias y sensaciones, pero, ¿Qué es el pegging? ¿Qué tabús existen a base de la estimulación prostática en hombres? ¿Por qué los hombres hetero evitan la estimulación anal? ¿Cómo puede mejorar esta práctica nuestra sexualidad?
Por Mistress Shey
Soy Mistress Shey, Dómina de Barcelona, especializada en la FemDom y estudiante de psicología. Trabajo en la fotografía desde una perspectiva artística y erótica, además de realizar shows BDSM y divular información sobre sexualidad libre y respetuosa. Mi objetivo es siempre el mismo: empoderar a las personas para que se sientan dueñas de su cuerpo, de su placer y de su historia.
Disclaimer: ¡El pegging no es solo para hombres sumisos!
En este artículo trataré de compartirte mi experiencia personal en el BDSM y en juegos eróticos como el pegging para analizar los estigmas asociados a este tipo de prácticas. Además, proporcionaré unas pautas iniciales para tener una primera idea de cómo dejar de lado las creencias negativas asociadas a la estimulación anal y cómo empezar a disfrutar del pegging.
A pesar de que hay una diversidad de prácticas que pueden realizarse dentro de la FemDom, muchas de estas están mal vistas socialmente. La mayoría de personas que lo practican, en su gran parte hombres cisgénero (aquellos cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son coincidentes) prefieren mantener sus deseos en secreto.
¿Qué es el pegging?
Nos referimos con este término a la práctica de penetración anal realizada de una persona con vulva a una persona con pene a través de un dildo o strap-on.
El pegging favorece la estimulación prostática donde se encuentra el punto P, el cual se sitúa a 10 cm del ano. Estimular esta zona puede ser muy excitante para ambas partes, además de ayudar a conseguir un orgasmo más intenso y más duradero.
Para mí, el pegging es una práctica que me provoca empoderamiento, fortalece mi rol dominante debido a la vulnerabilidad de la parte sumisa en ese momento. Es una forma de conectar con el sumiso de la manera más íntima y otorgarle confianza y deseo. Esto me ayuda a descubrirme tanto a mí como a la persona que tengo delante, desafiando los roles tradicionales de género.
Tanto si quieres iniciarte como FemDom y penetrar a un hombre con tu arnés, como si eres hombre y quieres disfrutar de esta estimulante práctica, el taller teórico de pegging de Mistress Shey te encantará. ¡No te pierdas la segunda parte más abajo!
Y si es tan placentero… ¿Por qué tanto tabú con la estimulación anal en los hombres hetero?
Los hombres cisgénero suelen basar gran parte de su virilidad en su pene y centrifican la función de este en el sexo, por lo tanto, creen que “abrir la puerta de atrás” significa que no son lo suficientemente heterosexuales.
A pesar de que la mayor parte de hombres sumisos que acuden a mí no se inician con la idea de probar el pegging sino otro tipo de fantasías, poco a poco van dejando de lado esos estigmas. Van abriendo sus mentes, tentando esos límites iniciales, hasta que terminan disfrutando sensaciones que jamás hubiesen imaginado disfrutar como lo hacen a día de hoy.
A menudo, se dirigen a mí hombres cis con gran estatus, cargos laborales importantes y hombres casados con una vida fuera del BDSM, los cuales de puertas a fuera de la mazmorra niegan todo carácter sumiso. Del mismo modo, jamás expresarían que han practicado sexo anal y mucho menos admitirían que sintieron placer con ello.
¿Por qué esconderlo?
Es comprensible que personas con tanta responsabilidad sobre sus hombros y una fachada que mantener necesiten un descanso, dejando de lado el control y posicionándose en un papel más sumiso en el que únicamente tienen que centrarse en dejarse llevar, sentir y descubrir. Sin embargo, si profundizamos en ello, podemos ver otros matices interesantes.
En diversas ocasiones en las que tengo conversaciones con ellos, explican una parte de sus preocupaciones: la frustración de llevar una doble vida, el temor a que descubran quién son y lo que hacen fuera de su entorno. Muchos de ellos temen poner en común algunas de sus fantasías y preferencias, incluso con sus respectivas parejas porque “no son tan abiertas de mente”, “pensarían que son unos depravados”, “que son gays”, “les mirarían extraño” o incluso "sus relaciones dejarían de ser lo mismo”. Y yo me pregunto, ¿Qué es mejor que descubrir cómo hacer sentir placer a tu pareja sexual?
Es cierto que hay un mayor número de mujeres cis dentro de relaciones heterosexuales que sienten curiosidad por hacerlo, pero la parte masculina suele tender a negarse y a mantener una posición menos flexible debido al temor a las consecuencias sociales y de conciencia que puedan surgir en consecuencia.
Como he mencionado anteriormente, esto sucede principalmente por miedo a la señalización, los tabús sociales y la necesidad de ser respetado basándose en la virilidad, castigando socialmente algunas conductas o acciones que pueden no encajar con esta anhelada masculinidad.
A menudo, las relaciones sexuales fuera de lo convencional han estado reprimidas, sancionadas, vistas como impuras, pero este intercambio de roles puede ser muy excitante. Salir de la rutina puede ayudar a conocer mucho mejor nuestro cuerpo.
Durante esta sesión de pegging en vivo, Mistress Shey penetró a NeeruKitten con su arnés. ¡No te lo pierdas!
¿Cómo podemos aceptar estos gustos?
En el sexo no hay rarezas, únicamente hay diferencias. A nadie le gusta sentirse desplazado y juzgado por sus gustos, por lo que es completamente normal sentir temor al hablar de determinados aspectos, sobre todo si somos conscientes de que pueden ser juzgados. No es necesario compartirlo si no se desea, pero disfrutar del cuerpo y de las sensaciones que puede proporcionarnos no es ningún pecado.
No es novedad que el pegging, al igual que el BDSM, sigue siendo un tabú para muchos, pero abrir nuestras mentes, sexualmente hablando, puede proporcionarnos relaciones sexuales mucho más placenteras y descubrir nuevos parámetros. Obviamente, no es necesario hacerlo, pero tu cuerpo es tuyo y nadie puede imponerte como tienes que vivir tu sexualidad.
Trabaja en ti mismx y en comprender que tus fantasías y lo que te proporciona placer son válidos. Tu cuerpo es tuyo y tienes el derecho de explorar lo que te hace sentir bien. Somos libres de vivir la sexualidad como la sintamos siempre y cuando se respete a todos los miembros implicados y sus respectivos límites.
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¿Cómo dejar estas limitaciones de lado y empezar a disfrutar?
Una vez hayamos tomado conciencia de que nuestras fantasías no son algo de lo que avergonzarse, queda empezar a disfrutarlas y a explorar. Lo más importante de todo es tener claro qué se quiere probar, hablarlo con la pareja y poner puntos en común. Seguro que descubriréis deseos eróticos que no sabíais que la otra persona tenía.
El segundo paso es informarse, descubrir sobre anatomía (ya que es una zona sensible), buscar los mejores métodos para iniciarse y algunos elementos cruciales, como por ejemplo, saber qué son las lavativas y cómo realizarlas debidamente. También es importante saber qué materiales son mejores para iniciarse. Simplemente, investiga, pregunta, comenta, sé curiosx.
Las prisas nunca son buenas, así que trata de respirar, conectar con tus sensaciones y con la persona con la que estás viviendo el momento. Esto te facilitará el proceso y te brindará más placer. Toma conciencia de que no es una zona que lubrique por sí sola, por lo tanto, intenta tener a mano tu lubricante favorito y cuida tu higiene personal.
Como en todo, es vital la comunicación y el consentimiento por ambas partes.
Comunica, descubre, diviértete, y sobre todo, ¡Disfruta!
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