gif

¡Mira qué tetas!

¿Por qué cada vez menos mujeres hacen topless?

¿Sabías que cada vez hay menos mujeres que hacen topless en la playa? De hecho, enseñar las tetas en un concierto es un acto revolucionario que incendia el debate público. Mientras las redes sociales nos bombardean con imágenes de cuerpos aparentemente “perfectos”, las divulgadoras sobre sexualidad y corporalidad somos censuradas por hablar de placer o autoconocimiento. Y aunque nos acostumbramos a escribir “s3x0” o “nepe”, seguimos aprendiendo a follar mirando porno.

Por Cecilia Bizzotto

¡Mira qué tetas!

Cecilia Bizzotto es socióloga, portavoz y creadora de contenido para JOYclub. Divulga sobre sexo y placer desde un enfoque feminista, fomentando una visión desestigmatizada de las fantasías y las sexualidades alternativas.

¿Hay algo más español que el topless?

Cuando me propuse escribir este artículo sobre tetas revolucionarias de Amaral y el debate de la censura, lo primero que me vino a la cabeza fue el topless. Para mí, una de las postales más simbólicas y bonitas de España son sus playas brotadas de tetas tostándose al sol. De hecho, mi primer recuerdo al llegar a España (emigré desde Latinoamérica siendo niña) es sobre el topless.

Mi familia y yo fuimos a una playa de la costa catalana pocos días después de aterrizar en Barcelona y, al ver que las mujeres no llevaban la parte de arriba, grité entusiasmada: “¡Mira mamá, están en tetas!” Acto seguido, me quité el bikini sin pensármelo dos veces. ¡Qué libertad!

Las mujeres ya no quieren enseñar las tetas

Así que, a fin de escribir este artículo, me puse a buscar estadísticas que hablaran de esta hermosa práctica. ¿Y sabes lo que pasa si tecleas “topless” en Google? Te aparecen dos tipos de resultados. Por un lado, tropecientos titulares de periódicos del tipo: “Se multiplican las webs que exhiben fotos de mujeres en topless en la playa hechas sin su consentimiento”.
Por otro lado, encuentras páginas webs porno que efectivamente están mostrando en sus portales cientos de videos de mujeres grabadas mientras están en la playa echándose crema solar, charlando entre amigas o simplemente pegándose un chapuzón. Imágenes de mirones que, armados con una cámara bien escondida, se van a las playas para “cazar” cuerpos y compartirlos con pajeros virtuales.

Finalmente, encontré el dato buscado: el topless ha alcanzado un mínimo histórico. Si en 1984 el 43 % de las mujeres francesas lo hacía, en la actualidad solo lo practica el 19 %.

Ese símbolo de libertad sexual de los 70’, se está yendo a la porra. ¿Por qué?

Según el mismo estudio, las mujeres dicen tener miedo a ser objeto de agresiones físicas o sexuales, a recibir miradas desagradables por parte de los hombres o a que les tomen una foto y la publiquen en las redes sociales.

Así que, buscando información sobre el topless acabé denunciando a páginas web porno por publicar contenido ilegal. Te sugiero que si tienes un día libre, te dediques a hacer lo mismo aunque quizá no sirva de nada: se calcula que hay más de 300 webs porno que publican videos sobre topless sin consentimiento.

“La dignidad de nuestra desnudez”, dijo Amaral

Hace pocos días una noticia daba la vuelta al país: la cantante Eva Amaral se sacó las tetas en un concierto en un acto de reivindicación feminista. Enarbolando sus pezones como bandera, la artista citó a todas las mujeres a las que recientemente han censurado por sacar el pecho en público, hablando de la libertad de nuestros cuerpos y el derecho a hacer con él lo que nos sale de los ovarios.

Sin embargo, olas de críticas se le echaron encima (ojo, también olas de alabanzas y piropos por su actuación). ¿El motivo? “Enseñar las tetas no es algo revolucionario - dicen algunos- sino caer bajo, llamar la atención, desempolvar un discurso ya obsoleto.”

¿Pero es cierto esto? ¿Ya no hace falta reivindicar nuestro derecho a que nuestra desnudez sea respetada? ¿No necesitamos gritar que nuestras tetas no son solo un objeto para el disfrute masculino? ¿Por qué no es noticia cuando un cantante masculino enseña sus tetas? ¿Y por qué está mal que reivindiquemos tener la misma libertad?
No, claro que no, las mujeres ya no hacen topless por temor a que sus tetas acaben en sitios porno, pero seguro que ya no hay nada que reivindicar.

La hipocresía de la censura

¡Mira qué tetas!

Fotografía de Sandra Torralba para su proyecto artístico “Do my nipples offend you”

Mientras tanto, las redes censuran

Así, una parte de internet (la gran parte) nos hipersexualiza y nos convierte en un mero producto consumible. Una mujer en la playa relajándose al sol no es una persona libre, es un cuerpo erótico para los que consumen un video robado sin pararse a preguntar ni por un segundo, la ética que hay detrás de esa web porno que está sacando rendimiento económico a un acto ilegal.

El cuerpo de una mujer solo tiene un uso en esta sociedad: sexual, reproductivo, erótico. Somos carne con patas y por eso, cualquier señor se cree con derecho a juzgarlo, tocarlo y piropearlo.

En paralelo, en otra parte de internet reina la censura. Una censura peor que la decimonónica, una censura paleta que prohíbe que hablemos de sexualidad.
Hablo de Instagram o Tiktok, las redes que probablemente tienen en la actualidad mayor capacidad de alcance. Redes en las que estás obligado a existir si quieres tener presencia en el mundo. Estas son redes cuya moral es infinitamente más retrógrada que la cristiana (el arte sacro está plagado de tetas, oye).

En Instagram te censuran si publicas un pezón femenino, el pezón de una estatua griega, un anuncio de lactancia y obras de arte de cualquier tipo. En Instagram, te censuran si pones la palabra “sexo” y ahora hay más números que letras: “s3x0”, “p3z0n”, “c0ñ0”...
Ahora, al “pene” lo tenemos que llamar “nepe” y al sexo oral, acabamos llamándolo “delicioso” (una palabra audaz inventada por los mexicanos). En Instagram, no puedes divulgar sobre sexualidad (no hablo de enseñar pezones, sino de hablar de placer) sin arriesgarte al cierre de tu cuenta. En la cuenta de JOYclub en Instagram nos censuraron un post con el cuadro “El origen del mundo” de Gustave Courbet. También un post en el que se nos escapó la palabra “masturbación” y, en mi cuenta personal, he recibido decenas de avisos por hablar de juguetes eróticos.

La imagen que nos censuraron en Instagram

¡Mira qué tetas!

Aunque esta obra de arte se exhibe en el Museo de Orsay de París desde 1995, Instagram la borró de nuestro perfil en 2023.

Ahora bien, en Instagram puedes encontrar personas con cuerpos “magníficos” recomendándote dietas imposibles. O gente promocionando fajas y todo tipo de reductores corporales. O promociones de cirugía estética y pinchacitos de bótox al alcance de cualquier menor de edad. Los “filtros” son el pan nuestro de cada día y ahora las niñas quieren operarse a los labios para parecerse a sus fotos.
En definitiva, en redes no puedes enseñarle a chavales y adultos cómo disfrutar del sexo seguro, cómo consensuar prácticas sexuales de manera erótica ni qué tipo de lubricantes usar. ¡Por favor niños no aprendan estas cosas! Eso sí, dietas milagro, batidos detox y cirugía, aptas para todos los públicos.

¿Y qué coño hacemos?

Con esa duda me debato yo a diario. Participo de una industria de valores anacrónicos, por la que me autoexploto para generar un contenido de calidad con el que divulgar sobre sexualidad y facilitar el acceso al placer a más personas. Todo esto, en una plataforma como Instagram que es absurda e hipócrita.
Así que ahí sobrevivo, tratando de darle la vuelta al algoritmo y de colar microcápsulas de contenido autocensurado que no sea detectado por los robots de Instagram.

Eso sí, mientras tanto construyo junto con mi equipo de JOYclub esta maravillosa comunidad donde el sexo no está censurado, sino enarbolado. Donde todas las tetas tienen cabida, donde puedes aprender a amar tu cuerpo para vivir más libre, a zurrar bien un culo con una fusta o a abrir tu relación de forma sana.


¿Tú también estás hasta el coño de la censura y la hipocresía? ¡Comparte tus tetas doradas al sol en este foro!

Esto podría interesarte:


¿Ya conoces JOYclub?

¡Ingresa en nuestra exclusiva comunidad y disfruta de tu deseo!

En JOYclub te espera una gran comunidad que te ayudarán con consejos fascinantes que cambiarán completamente tu vida sexual. NO importa si eres hombre, mujer, trans, soltero o pareja - ¡vive tus fantasías con JOYclub! ¡Te estamos esperando!


Entra gratuitamente en JOYclub